Llamo así a una idea que tengo para un sistema operativo, o mejor dicho, para la interface de un OS.
Y es que cuando enciendo mi ordenador lo primero que veo es un sin fin de carpetas, iconos, el fondo de pantalla…
A veces me gustaría poder darle una orden al PC y que todo esto cambiase.
Que la imagen adoptase tonos minimalistas, con predominio en el sistema de elegantes blancos y grises y adusto negro.
Que los iconos se ocultasen y sólo apareciese a mi orden el que yo necesitase.
Y por supuesto, que todos los programas adoptasen esta estética.
Ahora que lo pienso, creo que la idea podría adaptarse a otros gustos.
¿Por qué no un sistema operativo en negro, plata y oro? O uno profusamente iluminado y decorado. U otro en el que predomine la sensación de estar sumergido en las profundidades el mar, o entre las arenas del desierto, o en los polos.
Imaginad los nombres que se les darían a estas interfaces. Carnaval, Polar, Ocean, Dune.
Todas ellas mejorarían la experiencia de trabajar o navegar por la red, siempre que fuesen algo más que un simple lavado de cara e integrasen estas características de forma completa.